Chocolate

Somos seres, somos recuerdos en las memorias ahora extraviadas, somos resultado de nuestro lenguaje que sin peso o forma nos define, somos ese bagaje morboso y alucinante; recodo que se torna fresco casi gélido o de demoníaco frío, así es como somos un signo incomprensible que se traza antes que el vaho se postre en el vidrio empañado. Nos exaltamos un instante y reencontramos en el siguiente la mas caprichosa forma que toma el chocolate entre manos suaves... frías y aun si diluyéramos de izquierda a derecha el copo de nieve: sabemos pues, que realmente se trata de una tela del renacimiento.

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