El aire de la tarde anida en el mortecino cabello de Roldan, en inflamadas formas que un ávido espectador podría hallar.
El aire se arremolina en las copas de los arboles, el vaivén retrasa su presencia, el mortuorio sonido le increpa. La neblina avanza, a la vanguardia le sobran rumores como el recuerdo de las cruces en los corredores de arcilla y cantera, de un estruendo la horda de ardilla le circunda (por su expresión vaticino el encuentro) giran, cambian y en solo unos instantes de su regordeta figura solo quedan ocres marcas en la nieve.

Comentarios

Unknown dijo…
ey!! te he visto en el nuevo blog y me ha dado mucha alegría.

Me identifico con Maika Ruiz Montalvo.

http://www.graniteandrainbow.com/?p=1210

un beso.
Unknown dijo…
Ah!
Muy bueno el post. Te he echado de menos.
Gustavo Tisera dijo…
Muy bueno! Breve y certero. (Imágenes bien lúgubres y macabras, je!). Un saludo

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