Reclamos de Agosto

Se recargo en las dudas, como si fuese un árbol de anillos de cien años, contemplo sus largas ramas con odio, un odio que acaso puede ser comparado con el corazon de una estrella enana blanca. De golpe, en la ala celeste de la montaña las nubes bramaron, con furia se solto un vendaval.

-Acaso es esto lo que me querias mostrar? Es este el destino que me tenías preparado? Responde maldita sea!- batió el hacha en medio del vendaval cortando el aire que le circunda- a quien enviaras ahora por mi cabeza?  Vamos hazlo! Te maldigo y a todos los seres que crearás!  Desgraciado vamos ven y pelea, vamos, que esperas?  No seas cobarde y ven por mi- el aire disminuyo- me causas lástima, ni siquiera eso puedes hacer, ni un maldito vasallo puedes poseer para enfrentarme.